-SESIÓN 8
Una nueva perspectiva
En esta sesión me sentí más confiada de mí misma,
y de lo que habíamos preparado como grupo para la fecha, dado que ahora era consciente
de qué haríamos y de qué manera trabajaríamos, en otras palabras, esta
actividad ya no era algo completamente nuevo para mí, claro que aún me falta
mucho por aprender, pero ahora iría al hospital con conocimientos previos
adquiridos por la primera visita.
Para esta sesión, preparamos distintas actividades
basándonos en lo que habíamos logrado observar de nuestra primera visita, para
ello cabe recalcar que hicimos origami (naves espaciales, perritos, ranas,
etc), se pintó dibujos, se armó rompecabezas, se resolvió sopas de letras
(especialmente los padres o niños de mayor edad) y se jugó cartas, dominós y
memoria. Asimismo, se dedicó un tiempo para conversar con los padres acerca de
la situación por la que atraviesan, esto a manera de distracción.
Inicialmente, al entrar en la sala de quimioterapia,
me sentí mucho menos tensa que en la ocasión anterior, y considero que ello ocurrió
porque en la primera visita todo había transcurrido de manera positiva, también
pienso que la reacción de los padres y de los niños permitió que todos puedan sentirse
confiados de sí mismo, ello lo menciono porque realmente, lo que yo esperaba de
esta actividad era un ambiente sumido en la tristeza, con niños desganados. Afortunadamente,
lo que encontré fue lo contrario, todos los niños se mostraban como cualquier
otro niño de sus edades, ellos atravesando la enfermedad como si simplemente fuera
un pequeño obstáculo que la vida les puso frente a ellos, como si la enfermedad
fuera otro de los muchos desafíos que tienen que atravesar, es decir, me percaté
que la mayoría de veces la forma en que nosotros pensamos que ellos se siente,
o la forma en la que nosotros consideramos que ello ven la vida, es completamente
distinta a la forma en la que verdaderamente lo hacen. Y tal vez, la manera en
la que ellos enfrentan la vida es lo mejor, pues esta experiencia ha permitido
que yo me de cuenta que muchas veces los problemas que tengo en la vida diaria
son verdaderamente pequeños, pero yo los hago verse grandes, algo que la
mayoría de los niños con los cuales pude interactuar en INEN no hacen en absoluto,
y esa es la forma en la que ellos deciden luchar para vencer su enfermedad,
verse a ellos mismo, como algo mucho más grande y fuerte que los problemas que
enfrentan.
Posteriormente, me gustaría poner énfasis en el
hecho de que, durante esta sesión, pude ver una situación emotiva, en la cual
un niño bastante pequeño mostró mucha tranquilidad desde un inicio, pero de
pronto este comenzó a llorar sin parar, yo no entendía el porqué, luego voltee
mi cabeza para ver a su mamá, quien estaba con un señor bastante anciano, quien
parecía verse algo cansado. A pesar de que, trataba de entender lo que ocurría no
lo comprendía, hasta que después de unos minutos la mamá del niño me mencionó
que el señor con el que había estado hablando era el abuelo del niño, quien no
lo veía hace mucho tiempo debido a que la familia no se encontraba en Lima, solo
el niño y su madre habían venido momentáneamente a Lima para recibir el
tratamiento. A través de esta experiencia, recordé que muchos otros padres me
habían mencionado que no vivían en Lima, ante lo cual comprendí que muchas
veces los niños se encuentran alejados de su familia, y eso puede hacer que el
transcurso de este proceso pueda ser más lento, algo que me hizo sentir apenada,
pues creo que en estos momentos ellos deberían estar al lado de sus seres
queridos, pero lamentablemente eso no es posible en muchos casos.
Para finalizar, esta sesión me permitió tener una
mentalidad más abierta, respecto a lo que sucede en las vidas de estas
personas, creo que ahora soy más empática porque he aprendido a ponerme en el
lugar del otro, a entender la situación que atraviesan y, por tanto a saber
tratar con ellos.
Comentarios
Publicar un comentario